Dedicatoria libro La Tienda Roja y el Misterio de Orión

LA TIENDA ROJA Y EL MISTERIO DE ORIÓN 
está en ese punto de inflexión y reflexión, en el que todo escritor, antes de continuar avanzando tiene que hacer un parón y revisar lo que hasta el momento ha escrito.

Claramente esta obra está siendo para mí la clave de todo lo que siento, de como vivo la vida, tanto desde la mente, como desde la emoción.
Está siendo un despertar a mis propios atributos femeninos y como los he sentido encerrados y ocultos, como si fuera una vergüenza poderlos mostrar.
La Tienda Roja me está enseñando todo lo que de mí oculté y me doy cuenta que es, lamentablemente, característico de toda mujer. No todas comprenderán lo que aquí explico, pero sí todas sentirán que no es ninguna falacia lo que digo, aunque no lo puedan compartir por no haberles ocurrido.

Por eso he decidido dedicar el libros a ellas, a todas las mujeres, sin excepción.

Esta es la dedicatoria del libro de La Tienda Roja:

Para las grandes mujeres de todos los tiempos y edades,
para las que supieron elegir y vivir de acuerdo a los pasos
de su corazón y también para las que aún hoy no.
A todas ellas, fueran niñas princesas, magas, maestras o guerreras,
jóvenes sensatas, locas, drogadas o sanas,
a todas las solteras, viudas, divorciadas o en pareja,
a las más fervorosas amantes, amadas o abandonadas,
y a las que por dinero se abren de piernas.
A todas las madres, las que paren y las no lo hacen,
A las mujeres de su casa y de su
familia, sea una familia ejemplar
como dictan los cánones, o una familia monoparental,
homosexual o como a ellos les dé la gana crear un hogar.
A todas las mujeres trabajadoras, dentro y fuera del hogar,
a las más emprendedoras, artesanas y creadoras
y a las que trabajan para los demás.
A todas las mujeres que humillaron,
vilipendiaron e incluso a las que ya no están,
por que se suicidaron o las asesinó el poder patriarcal.
A todas las mujeres ricas, poderosas, dependientes, independientes,
altivas y jocosas, operadas o libres de opiniones de otras miradas,
a las que con velos o burkas se tapan,
a las que se visten para la danza, para el deporte, para el éxito o para la fama.
Y como no, para todas las flamantes abuelas,
a las que les aprietan las canas y a las que con sus canas se hacen un jersey de lana,
a todas las viejas ancianas que se han bregado una vida de guerras,
en definitiva a todas las mujeres que ocuparon,
vivieron y resistieron, cada rincón de este planeta
y por más que pasen los años, pueden mirarte a los ojos
para sonreír y olvidarse de todo,
porque ellas lo que mejor saben hacer es AMAR.

Joanna Escuder
21 de Julio de 2017