Las estrellas palidecen como la memoria en el instante del amanecer. Bajo, por el este, aparece el sol, áureo, como un ojo recién abierto. Lo que puede ser nombrado debe existir. Lo que es nombrado puede ser escrito. Lo que está escrito será recordado. Lo que es recordado vive. En la tierra de Egipto, Osiris respira...
PAPIRO DE ANI
El aliento de Osiris alerta a Isis, ella sabe que todo está bien y que ha llegado el momento. Se acicala, se viste con sus mejores galas, se da unos toques con el aroma de los dioses, y como humana camina en la dirección que le corresponde. Lo escrito fue sellado con la huella del tiempo, de eso no cabe duda, y cuando el tiempo dice que es el momento, nadie lo duda. El Universo al completo observa paciente a que se produzca el instante. Sirio palpita, reflejando destellos azules que iluminan la meseta de Gizah. Iteru crece, sus aguas remontan hasta alcanzar el mediterráneo, dejando en la orilla semillas de ambos. Se mezclan las aguas de sal con las de Iteru, la dulce verdad, y en el mismo delta nadie ya sabe quien es quien, pero si cada cual. Un silencio sepulcral habla por si sólo, ha acudido Meretseker a presenciar el encuentro.
En la tierra de Egipto, Osiris respira mientras Isis palpita...
JOANNA ESCUDER
