LAS 3 NIÑAS DESAPARECIDAS DE HILARIÓN ESLAVA

Calafell a 4 de Septiembre de 2017


Ayer noche quedé sorprendida, cuando en el estreno de la 13ª Temporada del programa de Iker Jiménez y Carmen Porter, Cuarto Milenio, antes de acabar, expusieron el antiguo caso de las 3 niñas desaparecidas de la calle madrileña de Hilarión Eslava, caso me afecta muy de cerca, debido a que soy descendiente de la Maestra que envió a las niñas a comprar y que nunca regresaron.
Me sorprende que hoy de nuevo se hable de ello, aunque en el seno de mi familia, para mí ha sido algo cotidiano, sobre todo por el dolor causado a mi bisabuela que fue acusada en un primer momento de la muerte de sus alumnas.

Ver video programa aquí:



Como explico en el libro que publiqué en 2010, incluso fue detenida y encarcelada sin pruebas, le costó el desahucio de su casa en Madrid y el comenzar una nueva vida en Barcelona - de donde somos todos sus descendientes - lugar donde poder salir a la calle sin que ello le supusiera un calvario.



El Estigma de la Memoria, es una novela basada en esta realidad, explicada por mi bisabuela Mariana Escuder y que me decidí a investigar, con la ayuda de Karme, años después, en nuestra desconfianza ante las explicaciones que aparecían en los periódicos sobre las conclusiones que la policía había dado, después de que pasados cuatro años de la desaparición, fueran hallados los supuestos huesos de las tres pequeñas, sepultadas bajo tierra en pleno Madrid, concluyendo que las niñas habían quedado atrapadas por un supuesto deslizamiento de tierras, debido a las oquedades del terreno y a las intensas lluvias de aquellos días. Curiosamente según el Instituto Nacional de Meteorología, que me facilitó el registro de datos de lluvias esos días, no había llovido ni una gota, ni el 24 de Mayo, día de los hechos, ni la semana anterior
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Mi abuela Pilar, la hija de Mariana, un buen día tuvo la idea de hacer algo con todos los recortes de prensa que su madre había ido guardando sobre el caso, desde el año 1924 hasta 1960 aproximadamente, y que conservaba en estado precario en una carpeta. Se le ocurrió que la historia de su madre era digna de un libro y con esa certeza me dio la carpeta en la que se conservaba el Estigma de la Memoria de la familia. Recuerdo cuanto me pesó coger la carpeta, era como si hubiera toneladas de información en ella esperando ver la luz. Aquel gesto de mi abuela me hizo enfrentarme a mí misma y a una desconocida capacidad para expresar todo lo que fuera encontrando. Aún con temores incluidos, me puse a ello.


Poner en orden el relato que mi abuela, mi tía y mi madre me transmitían y conectarlo con lo que las decenas de recortes de prensa decían, no fue sencillo.


Un 24 de Mayo, 86 años después, decidí desplazarme al lugar de los hechos, que aunque hoy no se parece en nada a aquel momento, me servía para entender el tema de las distancias. Con Karme decidimos realizar el camino que hicieron las niñas, desde la puerta de la casa de Mariana, hasta la tienda donde tenían que comprar las patatas para la comida.
Nos dimos cuenta de lo diferente que eran entonces las cosas, caminar considerables distancias, en esos tiempos era usual. Nos quisimos convertir en esas niñas pequeñas, quisimos sentir su alegría, quise agradecerles el tiempo de vida que compartieron con mi bisabuela y desde una realidad interior, sentir que se reparaba el dolor por el trágico final. Al llegar al lugar donde en el año 1924 se encontraba la tienda de alimentación, curiosamente había un diminuto y atractivo bar.
Nos sentamos en una mesa y sin dudarlo nos pedimos unas patatas. Recuerdo comer y llorar a un tiempo, sabía que estaba simbolizando el final de algo que en su día no pudo acabarse. Sentí serenidad y eso me motivó para concluir el libro.

Tras el viaje a Madrid, me puse en marcha, era el momento, sería un libro familiar, para la familia y para quien quisiera saber más de lo que se explicó en su día.
Siento profundamente que no me diera tiempo a que mi abuela Pilar lo viera acabado, ella falleció seis meses antes de que el libro viera la luz. Siempre me pregunto si fue mejor así o no, pues en las conclusiones finales, pongo claramente en entredicho que aquello que se dijo en su día tuviera un mínimo de credibilidad y quizás a ella eso no le hubiera gustado, pues hubiera significado que el tema no estaba cerrado completamente y la herida tenía que volver a abrirse, algo que no es de buen recibo.

Por eso ayer noche cuando vi que Iker en su programa dejaba claro que el suceso de las niñas desaparecidas de Hilarión Eslava, no parecía ser un accidente, sino más bien un asesinato – sé que queda feo pero… - me alegré. Me alegré porque sentí que por fin alguien más estaba intuyendo la manipulación que se hizo en este caso, e imagino que en tantos, pero este me afecta personalmente y que salga la verdad, me da alivio y paz.

Si alguien está interesado en las conclusiones que realizo en el libro, el análisis de los hechos, las consultas con profesionales y expertos, puede leerlas en el siguiente enlace:

Siento inquietudes al ver que después de siete años que hace que escribí el ESTIGMA DE LA MEMORIA, hoy vuelva a hablarse del tema y que aquello que intuí en mis investigaciones, tenga una pequeña puerta abierta, para que la verdad salga a la luz, aunque no se puedan señalar culpables, sí que quede claro que el caso de las tres niñas de Hilarión Eslava, NO FUE UN ACCIDENTE, fue un asesinato. Hay indicios más que sobrados para asegurarlo, no son meras conjeturas.

Joanna Escuder

Si te interesa adquirir el libro, puedes consultar el siguiente enlace: