Mensaje Nº48

CORAZÓN ROTO


Abandonada me sentía, cuando tomé asiento en la orilla de La Bahía, desde allí, pude por primera vez intuir tu barca y tu forma de navegar. Te acercabas a tierra firme para venirme a buscar. No pude esperar más. Me levanté. Fui a tu encuentro. Me lancé mar adentro. Me sumergí en la profundidad de aquel mar y sólo entonces sentí que no íbamos a naufragar más. El abandono fue una invención de la tristeza de mi corazón, que tuve que aprender a asumir. Ahora sé, que lo cierto es, que fui yo quien te abandonó a ti.